miércoles, 26 de octubre de 2011

This is the end...?

¿Será o no será? Llevo algunos días meditándolo.El fin del terrorismo de ETA. No cabe duda que es un anuncio positivo. Aunque a mi, todos estos tejemanejes me parecen cosa fea. Tufillo pestoso.

Por un lado las vícitmas protestan y quieren justicia. El que la hace que la pague. Se supone que eso es el Estado de Derecho. La falacia esa del contrato social. Que nadie ha firmado. Que a todos nos obligan a cumplir. Que los de arriba se saltan a voluntad. Aquí hay unos señores a los que hay que resarcir un daño. Si dicen que el estado de derecho nos hace libres... pues que se aplique. No se trata de perdonar o no. Se trata de cumplir las normas que son iguales para todos. Así nos lo venden.

La realidad es bien distinta. Ahora otro nuevo ejemplo de la mano de los terroristas. Dejamos la violencia de lado. Entramos por la via del derecho. Somos cuidadanos decentes. Y bueno, pelillos a la mar. Es decir, en virtud de un bien futuro, maleamos el Estado de Derecho. El fin justifica los medios. ¿No?

Otra carta sobre la mesa que pone de manifiesto que este Estado, esta forma de organizarnos, falla. Según para quien y según cómo, todo es interpretable. Todo es relativo. Las reglas están para saltárselas. Ellos las hacen, ellos las rompen. Ahora votaremos, y seguirán las cosas igual, o parecido. Tienen coartado el poder judicial, que dificilmente puede sentarlos en el banquillo. Ellos hacen las leyes para que así sea.

Los eurodiputados no se bajan la partida de gastos. Los griegos van sa sacar el dinero de los bancos en masa. Los indignados piden mano dura contra el capital, sin enterarse que ese capital y el estado son la misma basura podrida. En lugar de pedir libertad para poder vivir y relacionarse, sin que dios, el estado o el santa santorum se metan en su vida - lo que antes se llamaba capitalismo, y ahora, con tanta perversión del lenguaje no se como llamar para que se me entienda - piden férreo control sobre sus vidas. O quizá piden el control sobre las vidas de los demás, que de todo habrá.

En medio, unos encapuchados dicen que van a ser buenos. Todos contentos. A ver como les pagamos el favor de que nos dejen vivir. Y yo estoy empezando a hartame de este puñetero Estado, del bienestar, del derecho o del revés, que unos se saltan cuando les sale de la punta de ahí, días después de jurar defenderlo y respetarlo. Tengo un buen amigo, que dice que la casta no se entera, que hasta que no quememos cuatro o cinco ministerios no se van a dar por aludidos. Lo he meditado. Espero que no haya que quemar nada. Ya se sabe como va el tema:

Se queman unos ministerios.
Se manifiesta uno con muchos otros muchos días seguidos.
Se mata vilmente al malo de turno, todo ello grabado con el móvil y subido al yutú.
Se instaura la sharia.

Mirad la lista. Llevamos dos y medio de cuatro.

Manifestaciones muchos días, todo ello grabado y tuiteado, uno y medio. La sharia ya está instaurada hace mucho tiempo. En lugar de Alá, el estado. La casta dicta sus normas, se escapa de ellas y somete a los ciudadanos. Las modela, las moldea, te dice qué es bueno y qué es malo. La sharia de occidente. Y claro, visto el panorama, uno se pregunta... ¿cuándo acaba esto?

jueves, 20 de octubre de 2011

Lo que nos espera

Publicado originalmente en ellibrepensador.com

Ya ni el diario oficial de RbCb – manía de siglas tienen, oiga – le da dos telediarios. Su efecto es negativo. Quién lo iba a decir…

Parece pues, y cada domingo con más fuerza, que el Sr. Rajoy, Mariano el Impasible, será muy probablemente, y con mayoría absoluta, el nuevo presidente de esta nuestra piel de toro. Y tiene mucha tela que cortar. Muchísima.

Heredará un país hecho jirones, destartalado, mal dimensionado y tremendamente deprimido. Sin moral. Deberá meter la tijera, aquí y allá, recortando, cosiendo, desmadejando y empequeñeciendo un Estado del Bienestar (o Bienestar del Estado, hilando más fino) que se nos antoja ya a casi todos un mamut herido, al borde de la extinción.

Estoy convencido que algo, mucho, de tijera y de cuchillo jamonero habrá. Ya lo ha hecho en algunas autonomías, el nuevo/la nueva de turno. Pero se quedará corto. En mi tierra, Valencia, ya mandaban ellos, y nadie dice que hay facturas en los cajones y telarañas en las cajas, porque ellos mismos fueron los que se comieron hasta el último grano de arroz de la paella. Y las facturas ahí siguen, junto con las telarañas. Se quedará corto, seguro. Porque ningún mandamás de un partido de la España actual será capaz de cercenarse los brazos y las piernas, entendiendo por tales los miles y miles de paniaguados con carné que pululan por las consejerías, ayuntamientos y empresas públicas. La modificación de la ley electoral, con nocturnidad y alevosía, callando a la prensa y aprobada al alimón por PPSOE y CiU, es otra muestra.

El saneamiento de España, pasa por dejar en la calle a un montón de gente más. Por acabar de cortar los miembros gangrenados, aunque duela. Por dar un paso en favor de la libertad, y no dejarse seducir por la indignación, que pide más Estado, cuando el Estado, este Estado, es absolutamente insostenible. El saneamiento de España, el de verdad, pasa por una educación basada en el espíritu crítico, en la que el profesor enseñe al alumno que dos más dos son cuatro y que inmediatamente después le anime a cuestionarselo, a criticarlo y a comprobarlo por su cuenta. Un país sano, pasa por un desmantelamiento del sistema de subsidio. Por un solo contrato laboral, mercantil a ser posible. Por un Estado cada vez más pequeño, y cada vez más eficiente en su servicio al ciudadano.

Una Estado Español sano, necesitaría amputarse por propia voluntad, muchos sobrantes innecesarios, pero eso duele. Y sangra. Autodestruirse es antinatural. Por eso soy pesimista. D. Mariano, el Impasible, se quedará corto. Seguro.

domingo, 16 de octubre de 2011

Un hombre llamado Rcaballo

Tengo un comentario en el blog, de un lector llamado "rcaballo" que me comenta que los servicios públicos son mejores que los privados, porque los privados están pensados sólo para ganar dinero. Dejo el link de la entrada con los comentarios, para que el que tenga interés le de un vistazo.

Como me pilla el asunto, tras recorrer medio mundo esta semana, lejos de mi Valencia natal y mi Estambul mental, aburrido en CDG París, me voy a tomar la molestia de explicar, una vez más (y muchas más serán) por qué creo que mi buen lector se equivoca.

En primer lugar, diré que el mero hecho de que alguién quiera ganar dinero con algo, no hace que su servicio sea mejor ni peor. Hace que PUEDA efectivamente prestar el servicio. Si no ganara dinero, llegaría un momento que tendría que cerrar el establecimiento y, por tanto dejar de prestar el servicio. Por lo tanto es imprescindible, que para una correcta prestación de un servicio privado, alguién gane dinero. Si entramos en lo público, si el servicio que se presta pierde dinero, de forma continuada, habrá que ir aumentando impuestos y cosas por el estilo. Por lo tanto, los servicios públicos deberían tener al menos un tope de pérdidas, digo yo, si no pasa lo que pasa, que la Generalitat Valenciana no tiene para las facturas farmacéuticas desde Agosto. 

Siendo benévolos, un servicio público, debería tener un tope de pérdidas. Siendo consecuentes, como poco debería estar equilibrado, ingresos = gastos, repito, COMO POCO. 

En segundo lugar, es imposible que alguien que quiera ganar dinero con un servicio, sólo se dedique a ganar dinero, prestando un mal servicio. Al final, alguien prestará el servicio mejor que el primero, y el primero dejará de ganar dinero, porque nadie querrá sus servicios, por lo que no es una postura inteligente querer ganar dinero dando un mal servicio. Está en cualquier manual de gestión empresarial.

De hecho, tanto es así que los seguros privados médicos, compiten con la seguridad social, y cuando dan un mejor servicio que la seguridad social, ganan clientes. Conozco mucha gente que tiene los hijos "por lo privado" por ejemplo. También mucha gente que prefiere operarse por la Seguridad Social, por que todos los médicos buenos están allí. Lo cual no deja de ser cierto. 

Y con esto quiero decir, que un servicio privado, lo prestarían personas, con sus virtudes y sus defectos, igual que uno público, dónde hay grandísimos profesionales y grandísimos hijosdeputa. Con una salvedad, si el propietario del negocio privado quiere ganar dinero, y que sus clientes no vayan al servicio de la esquina de enfrente, se guardará siempre de tener a esos grandísimos hijosdeputa en plantilla, pues le harían perder clientes y por lo tanto dinero. Los hijosdeputa estarían al borde del precipicio. 

Finalmente, un argumento que suelo repetir, por que creo que es clarificador querido "rcaballo". Hay cosas tan imprescindibles para la vida como la sanidad y la educación. La comida, la bebida, la ropa. Todo en manos 100% privadas. Asumido por todos. No se da como servicio público, pero podría ser ¿no? Es fundamental para la vida. Y está al 100% privatizado. 

Y tú me dirás es que hay controles férreos sobre la comida y la bebida. Y yo te diré, ¿y por qué no habría de haberlos con la sanidad? Es más, ¿recuerdas las crisis de los pepinos? Recuerdo un problema no hace mucho con unos pollos asados. Somos personas imperfectas y siempre habrá errores, lo cual no significa que lo más inteligente, en un mundo cada vez más carente de recursos sea la búsqueda de la eficiencia.


lunes, 26 de septiembre de 2011

Magia

Me resulta muy curiosa la proliferación de teléfonos móviles unida a la protesta de los vecinos cuando quieren poner una antena cerca de su casa. Tremendamente curiosa. Terriblemente irracional. Profundamente humana al fin, si pensamos, como parece ser, que los hombres y las ratas compartimos la mayoría del ADN.

Seguramente aquellos que protestan, querrán que los móviles funcionen por arte de magia.

No sé que pueden tener de malo las radiaciones que emiten, pero el caso es que no se si los que las instalan, los que entramos con cierta frecuencia en centros de transformación o subestaciones eléctricas tienen una incidencia del cáncer mayor de un tercio. Qué es la normal de todos. Si fuera como piensan, estaríamos palmandola a los 50 todos los electricistas de campo de Iberdrola. No parece que sea el caso.

Es magia.

Causa en mi estupefacción la defensa, a ultranza, de los servicios públicos. No discutiré que puedan ser más baratos. Mejores. Universales. Quizá lo sean... ¿y qué? ¿Qué pasa si yo quiero otros? Tu prefieres los públicos. Perfecto. Yo los quiero privados. Tu no pagues los míos. No me obligues a pagar los tuyos. No se trata de que haya que apoyar a los que no pueden pagarlos. Yo apoyo. Colaboraré con mi parte de la cosa. Pero no me digas lo que tengo que hacer. Ni dónde acudir. Eso es cosa mía. Ni que decir tiene: pensiones, educación, trasnporte...

Yo entiendo que tu quieras pagar un estado. Estas en tu derecho. Pero yo no quiero mantenerlo. ¿No estoy en el mio? Pierdo mis derechos por arte de, nuevamente, magia. Perdidos si no coinciden con los de la mayoría. No se como, acabas de arrebatarme mi derecho a decidir.

Es magia.

Absoluto desasosiego. Eso es lo que me traspasa el cuerpo. De niño jugaba al Monopoly. De mayor he acabado forzado a seguir con el Monopoly. Pero ahora ya no puedo comprar el Paseo del Prado. Cuando era un proyecto de niño, había dinero de verdad. Respaldado por riqueza de verdad. Oro. Como podría ser otra cosa. El dinero tenía un respaldo. Ahora es dinero ficticio. Mi dinero, bueno, el de mis padres, pasó de ser dinero de verdad, a ser dinero del Monopoly. Por arte de birlibirloque. Magia.

El dinero no existe. Y todos tan panchos. Además de magos, estamos rodeados de ... (Me callo el calificativo)

Hemos hecho magia. No sé si negra o blanca. Pero magía, nociva, perniciosa. Liberticida. A mi la única magia que me gusta es la de La Reina. La otra, tiene truco. Y solo lo sabe el mago, el mago y sus coleguitas.

martes, 20 de septiembre de 2011

Los indignados y la banca

Os dejo un acopia de mi artículo publicado originalmente en El librepensador.com

Es evidente que no está de moda decir los bancos no son responsables de lo que ocurre estos días. Son responsables. Pero ni son los únicos, ni desde mi punto de vista, los más importantes. Los bancos, los privados, me refiero, no son más que empresas que han de rendir cuentas a sus accionistas, y de ello viven. Y como cualquier empresa, lo hacen, generalmente hasta dónde la ley les permite. Y la ley les permite mucho.

He sostenido, sostengo y sostendré, que los problemas los generan, generalmente los políticos, metidos a adivinos. Los otros bancos, los públicos, el BCE y la Reserva Federal, los que sí tienen la máquina de hacer billetes. Aquí están, los responsables de la cosa. La cosa pública.

Los pueblos parece ser, necesitan líderes, guías, espirituales o no, que les acompañen por el camino y les digan que no pasa nada. Que ellos se ocupan. Tenemos tan metida la cantinela en la cabeza, que parece ridículo pensar otra cosa. Nos llevan tanto tiempo engañando, que no se distingue la realidad de la ficción. Un desastre.

Las personas hemos de ser responsables de nuestros actos, y por lo tanto, las empresas y por ende los bancos también. Si no lo haces bien, quiebras. Y los señores políticos no te rescatan. Los accionistas pierden y los impositores, que no hayan andado listos también. La próxima vez se vigilan mejor las inversiones. Sin embargo, tenemos tan metida en nuestra cabeza la cantinela biempensante socialdemócrata que pensamos que el gobierno todo lo puede. Nada más lejos de la realidad.

El gobierno, cualquiera, de cualquier color, cambia sus previsiones económicas varias veces todos los años. Corrige sobre la marcha. No puede programar y adivinar lo que va a pasar con exactitud. Es imposible. Pero ahí siguen, erre que erre, previendo, programando, y equivocándose, y los indignados pidiendo más caña contra la banca de ese mismo gobierno. Pero claro, como los planes no salen como en el Equipo A, el gobierno está también endeudado hasta las orejas, y no puede morder la mano que les da de comer. Así nos va. Ninguna medida intervencionista tomada por ningún gobierno calma a los mercados. Y ellos erre que erre, en lugar de hacérselo mirar.

martes, 13 de septiembre de 2011

Ecos de las tertulias...

¿No será mejor en lugar de perseguir ricos intentar que no haya pobres? 

La absurda idea de que para que uno gane el otro ha de perder. 

Si pierde el patrón, el obrero pierde. Si gana el patrón, el obrero debiera ganar. 

Si hay un negocio, ambos ganan. Si uno gana y otro pierde, se llama timo.

La riqueza se crea. Trabajando y pensando. Inventos tan tontos como el mocho o el Chupa-Chús demuestran que se CREA la riqueza. Si todos creamos riqueza, no hay por qué repartirla. 

Claro, que hay quien no es tan listo. Ni tan trabajador. Yo seré solidario con quién yo quiera. La solidaridad por obligación, no es solidaridad. Es obligación. 

El estado no puede decirme que me gusta o no. Yo no puedo decirtelo a ti. Tu a mi tampoco. Y si tu sois vosotros, yo puedo ser nosotros. Y estamos en las mismas. 

Los gobiernos intentan paralizar a los mercados. Y los mercados, como las personas hacen lo que les da la gana. Porque al fin y al cabo los mercados son personas ejerciendo su libertad. 

Los gobiernos y los estados, no tienen toda la información en tiempo real.

Los gobiernos y los estados, aunque tuvieran la información, es de tal magnitud que no podrían procesarla en tiempo real.

Los mercados van por delante de los gobiernos. Los gobiernos reaccionan, tarde, mal y nunca, como decía el Félix. 

Subir los impuestos, sólo se pueden subir a las clases medias. 

Los ricos tienen accesos a paraisos fiscales. Las clases medias vivimos en infiernos fiscales. Eso que se ha dado en llamar Estado del Bienestar. 

P.D.1: La mayoría de los gobernantes y muchos de los ciudadanos, no se dan cuenta de que la globalización tiene demasiadas variables, demasiadas incognitas, para que un gobierno, por muy poderoso que sea, pueda controlarlas. FMI, BCE y todos los gobiernos, conforme hoy se entienden, son mecanos obsoletos, anquilosados e ineficaces, que ya no pueden realizar su función. No es que manden los mercados, es que los mercados, el de la Bolsa de Nueva York y el de Abastos de tu ciudad, estan formados por ciudadanos. Tanto da que se venda futuros o pimientos. Es la ley de la oferta y la demanda. Los mercados mandan. Mandan los ciudadanos.

P.D.2: Después de tanta compraventa, me iré de paseo al Gran Bazar.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Vamos a por los ricos

Mucho se está hablando en los últimos días de los ricos de Francia y los de EE.UU. que han pedido que les suban los impuestos. El que no hace mucho fuera catalogado como el más rico del mundo, Warren Buffett, por las listas del gremio fue el primero en solicitarlo. Confieso que siempre he sentido admiración por este tipo, cuya biografía da para un culebrón de los de "la realidad supera a la ficción - basado en hechos reales" y que además lleva desde el inicio de la crisis rescatando empresas en problemas. 

Warren Buffett

La cuestión principal es que este señor, y cualquiera que sepa manejarse entre los azarosos mundos de las grandes inversiones no da puntada sin hilo. Y si no lo creeis, que seguro que sí, vale la pena leerse un artículo de la web gurusblog que explica de maravilla, como este buen señor se ha ganado unas perrillas extra a cuenta de las empresas maltrechas y saqueadas por los desalmados que las gobernaban.

Y me temo que con esto de los impuestos haya algo de lo mismo. Es una intuición, un tufillo. Un quedar bien, porque a nadie se le ocurriría, desde ningún gobierno que piense, en limitar que un tipo como Warren o cualquiera del estilo, mueva su pasta, la invierta y genere riqueza. Sí chatos, cuando Warren invierte en Goldman Sachs o Bank of America y les saca los ojos a base de intereses, resulta que impide que esas empresas cierren, que no todo el mundo vaya a la calle, pueda seguir comprando en el Corte Inglés de Indianapolis, y las dependientas del mall sigan yendo a la pelu a que les hagan esos estrafalarios peinados de cerdita Peggy que algunas lucen por el medio oeste. 

A lo mejor interesaba que uno menos listo invirtiera, quien sabe. Hoy solo elucubro. 

La cuestión que quería plantear en realidad, y para la que me ha salido un circunloquio de tres hermosos párrafos, foto incluída con su pie y todo, es determinar quienes son esos ricos, a los que se les ha de joder la existencia a base de impuestos de forma que no compense estudiar, ser el mejor en la empresa, ser productivo y valga la pena ser cajero de super (con todos mis respetos, pero ganan menos). Y despues de darle muchas vueltas me salen muy pocos, unos 6.000 en España. Esos son los que plantearon una renta de más de 600.000 eurazos el año pasado. 

Pensareis que exagero, pero yo pienso que un rico, lo que se entiende por rico, es alguien que no tiene que trabajar para vivir. ¿Os vale esa definición? Si uno tiene que seguir trabajando no es tan rico. Significa que si no trabaja, los gastos se lo comerían. 

Todos queremos una buena vida, cuanto más mejor, y conforme suben nuestros salarios, podemos aspirar a mejores casas, mejores coles pa los nenes, mejores cenas y sábanas más suaves. Es normal. Conforme subimos en el escalafón salarial vamos incrementando nuestro nivel de gasto. Unos más, otros menos. Ahorrador, no ahorrador. Hipoteca, coche, el cole,... De repente, te das cuenta de que ganas 30, 40, 50 o 100 mil euros al año, y hasta has ahorrado. Pero resulta que como te corten el grifo, no duras ni 6 meses. Has de renunciar a tu nivel de vida. ¿Es eso ser rico? Yo creo que no, eso es ganar mucho dinero una temporada, pero de rico nada. Clase media alta, de ahí no paso.

Sin embargo, muchos de los anteriormente mencionados ya están en los tramos más altos de impuestos. Ya se les trata de hijosdeputainsolidarios desde el vulgo menos instruído. Son a esos a los que hay que pegar el palo. Que ganan demasiado. Y no se dan cuenta de que están en la cuerda floja. Pueden caer en cualquier momento. Que se jodan. A pagar impuestos a porrillo. Es un sinsentido. 

Los otros, los ricos de verdad tienen la pasta en las SICAV y cosas por el estilo, donde nadie les mete mano. Y a pagar los de en medio, los de en medio por arriba y por abajo, pero los de en medio. Los peces gordos a tributar por lo bajini. 

Este es nuestro sistema de tramos. A pagar los empresarios que se han jugado la bolsa y la vida montando una PYME y que son unos cabronazos, y los mandos del otro 5% de empresas y poco más. Los que generan riqueza son los que más han de pagar. Un contrasentido.

En este "estado del bienestar" hay que ser un suicida para crear riqueza. Un suicida y un cafre. Te llamarán jefecabrón, insolidariodemierda y cosas por el estilo, y encima te freirán a impuestos. Vete a crear riqueza a tu puta casa, malnacido.