En el último post, Pequeñas Soluciones me preguntaba si realmente en base a las cosas que pasan alguien está proponiedo las soluciones que se necesitan, y evidentemente los hechos demuestran que este sistema está más que podrido. Que no queda otra que cambiarlo de arriba abajo, y empezar de nuevo.
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PPSOE |
Que un tipejo como ZP, corresponsable por acción u omisión de la situación actual de este país, entre en el Consejo de Estado, que nos cuesta una pasta para que unos señores emitan unos informes, aportando su experiencia en gestión de crisis, ante la atenta mirada impertérrita de los que mandan ahora, vulgo PP, Partido Popular en el registro... Te cagas en las bragas, Jacinta. PP y PSOE, PPSOE, son parte del problema, y dudo que lo sean de la solución.
Que el hecho de que la justicia funcione o no, dependa de colores y bandas, apesta. Algo huele mal en Dinamarca, decía el clásico, algo huele mal a las puertas de mi casa, y yo soy muy limpio. Ni siquiera entro a valorar nada, el mero tratamiento mediático del GG (Gürtel-Garzón) me sobra para tener que taparme las narices...
Y entre tanto, algunos vemos la vida de otra manera. Siempre he dicho que yo pensaba de una manera y a los 25 años me enteré que eso era ser liberal, o libertario, o lo que sea, cada cual que lo llame como quiera, yo soy yo, y a veces también mi circustancia. Pero al ponerle nombre a las cosas descubres que no estas solo en el mundo, y eso, al menos, reconforta, y resulta que hay unos señores que tienen la capacidad de decir directamente al Premier Rajoy que las cosas se pueden hacer de otra manera. Y van y lo hacen, y yo, que me sumo y, además los listo. Son el Instituto Juan de Mariana, Instituto Von Misses, el siempre genial profesor Huerta de Soto, Carlos Rodríguez Braun, del que ya hablé alguna vez, y el Partido de la Libertad Individual, y le sueltan al Señor Rajoy, a la postre este nuestro presidente que...
Con todo el respeto, señor Presidente: eso no es cierto
Por
mucho que el nuevo Ejecutivo del Partido Popular se haya esforzado en
justificar la aprobación de una de las mayores subidas de impuestos de
nuestra historia aduciendo que España no tenía otra alternativa después
de descubrirse una desviación extraordinaria de 20.000 millones en el
objetivo de déficit para 2011, nos vemos en la obligación de decir
clara y rotundamente que eso no es cierto, que sí existían numerosas
alternativas que no pasaban ni por esquilmar a los empresarios,
trabajadores e inversores de este país ni por dificultar todavía más
nuestras posibilidades de recuperación.
No es cierto que el déficit público
deba atajarse simultáneamente subiendo nuestros impuestos a los
niveles más altos de Europa y reduciendo gastos de una manera muy
insuficiente: cabe la mucho más razonable alternativa de que el ajuste
se efectúe exclusivamente por el lado del gasto. En los últimos diez
años, los desembolsos de nuestras Administraciones Públicas han crecido
en 200.000 millones de euros, alrededor de 2,5 veces el tamaño de
nuestro déficit actual.
No es cierto que subir impuestos tenga
los mismos efectos que reducir el gasto público: lo primero destruye la
cada vez menor riqueza que se le permite generar al sector privado y
que mantiene en pie a este país, mientras que lo segundo adelgaza a un
Estado sobredimensionado e ineficiente que se encuentra al borde de la
suspensión de pagos.
No es cierto que la ciudadanía deba
hacerse corresponsable del imprescindible ajuste del déficit público:
nuestras familias y nuestras empresas ya se han comportado de manera
extremadamente austera durante estos últimos años, mientras que la
Administración sigue gastando todavía hoy muy por encima de lo que lo
hacía durante la borrachera de ingresos tributarios de la burbuja
inmobiliaria.
No es cierto que recortar los
gastos vaya a agravar la situación de nuestra economía: al contrario,
más allá de los efectos más cortoplacistas sobre el PIB trimestral,
sanear las cuentas públicas sin incrementar la tributación de un
debilitado sector privado es condición indispensable para que volvamos a
crear riqueza y empleo de manera sostenible.
No es cierto que la mayor parte de
nuestro presupuesto sea intocable: es menester proceder a una
restructuración completa del modelo de Estado, dando mucha más cabida a
la iniciativa privada en todos aquellos servicios que hoy presta el
sector público con cargo a unos excesivos impuestos y que, en realidad,
no sería indispensable que proveyera.
En definitiva, Sr. Presidente,
España no necesita impuestos más altos para financiar unas
Administraciones Públicas a todas luces desproporcionadas, sino un
Estado mucho más austero que se sufrague con unos impuestos
notablemente más bajos para así favorecer la generación de riqueza por
parte de un sector privado al que, hasta el momento, usted y su partido
sólo han contribuido a asfixiar con los tipos impositivos sobre la
renta más elevados de Europa.
Y como dije reconforta, no estamos todos locos, imbéciles o pasmados. Si no fuera por estos ratos, y los del water, hace ya tiempo que lo de imaginaria habitación en imaginario hotel, se habría convertido en real, no te digo que en Turquía, pero seguro que hay algún paraiso fiscal por ahí en el que me adoptan. Alguna cosa sé hacer.
Y como dije reconforta, no estamos todos locos, imbéciles o pasmados. Si no fuera por estos ratos, y los del water, hace ya tiempo que lo de imaginaria habitación en imaginario hotel, se habría convertido en real, no te digo que en Turquía, pero seguro que hay algún paraiso fiscal por ahí en el que me adoptan. Alguna cosa sé hacer.
P.D.: Solo los más avispados sabrán por que Dinamarca huele mal y no a podrido... Básicamente es porque Hamlet, el libro, no me cabe aquí en el blog, Hamlet el grupo musical, ni fu ni fa, pero hay una tercera vía.... Como siempre.
Siniestro Total - Algo huele mal en Dinamarca
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